sábado, 30 de diciembre de 2017

Volver a latir.

Sentí que me moría.
Que la sangre se coagulaba,
el aire no llegaba a mis pulmones,
la tristeza me consumía.

Y ahora me parece irónico
todo lo que las personas llegamos a sentir al perder a alguien.

Irónico que creamos morirnos.
Irónico que duela tanto,
pero, que no pueda asemejarse al daño que esa persona nos hizo.

Es increíble cómo llegamos a sentirnos.
Incluso al fumar sentía que la que se consumía era yo,
no el cigarrillo.
En ese entonces llegué a comprender,
que hay corazones que en vez de romperse,
se congelan.

Y lo que ahora sé,
es que la persona indicada
puede hacer que se derrita cualquier corazón.
Y que vuelva a latir.
Volver a latir, por esa persona.
Por la que sí vale.
Por la que nos hace sonreír
y a la vez
hace que el pasado deje de doler.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Amor.

Y si todo volviera a empezar, no te volvería a querer.
No te volvería a buscar.
No te conocería.
Y habría conocido al importante.
Que ese sí que sí.
Ese sí vale.
La pena, la vida y todo.
Porque con él sí,
con él todo.
Por él daría lo que no tengo.
Porque es amor,
porque es vida.
Porque es placer,
porque es sí a todo,
y más,
mucho más,
es verdad, lo que el otro nunca fue.
Porque son sonrisas, felicidad y amor.
Lo que jamas nunca fue.
Porque es dulzura, a su manera.
Porque es cariño, amistad y todo lo que nunca tuve.
Porque ahora sí y antes no.
Por todo lo que ahora cuenta, antes no existía.
Por todo lo que ahora cuenta y antes no importaba.
Por ser él y nadie más.
Le quiero.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Abuelo y abuela.

Ellos son de esas grandes personas que alegran el alma con solo recordarlos.
Son eternos, hogar y también poesía.
Y se podía ver en sus ojos el amor infinito.

¿Y quién no sabía que fuisteis mis abuelos y a la vez mis padres?

Lo que hicisteis conmigo no se puede pagar con nada.

Fue mi abuelo y mi padre.
Aún sonrío de emoción al recordar como me paseaba por la playa.
Aún recuerdo cuando se escondía detrás de la puerta y esperaba que yo pasara.
Sus manos de trabajador en antaño para que a sus hijos no les faltara comida.
Aún recuerdo las noches durmiendo con ellos en la cama.
Aún recuerdo como si fuese ayer las cicatrices de su frente y la verruga del cuello.
Sus ojos iguales que los míos.
Su sonrisa en mis recuerdos, y joder, ojalá aún estuvieses aquí.

Fue mi abuela y mi madre.
Cuántos días me preparó para ir a la escuela,
cuántas veces cubría mis manos con las suyas,
cuántas veces me decía lo chica que era, aunque ya fuese grande.
La adoración en sus ojos al verme.
La devoción que ambos sentían por mí.
Y la que yo sentía por ellos.

Lo que ellos sentían el uno por el otro sí que era quererse de verdad.
Quererse como ya nadie sabe querer.

Nunca será demasiado tarde para agradeceros todo lo que habéis hecho por mí.

Jamás quise pensar que un día me faltaríais los dos.
Es el ciclo de la vida aunque a todos nos parezca injusto.
Y ojalá fuese tan fácil demostraros que os queremos con flores, pero no, eso no es una mínima parte de lo que os quiero.
Las flores ya no valen, vosotros aquí, es lo que nos valdría a todos.

¿Cuántas veces habré pensado en volver a empezar?
Volver a ser esa cría rabo de lagartija que no paraba.
Y volver a estar todos juntos, volver a revivirlo y volver a teneros.
Teneros a los dos otra vez.
Quiero que todo vuelva a empezar.
Vivir de nuevo con vosotros en casa.
Puestos a decir la verdad, he dormido más en mi vida en vuestra casa que en la mía propia.
Y vosotros con una abismal diferencia habéis sido lo mejor de mi infancia.
Lo mejor que descubrí al tener uso de razón.
Que todo sea como cuando era una niña.
Cuando aún no existían tantas cosas,
cuando aún erais mi mejor juguete.
Y jamás dejaré de sonreír al recordar los fines de semana
y preparar mi maleta para irme con vosotros.

Vosotros, que siempre me habéis cuidado con todo el amor que sentíais.

Ya no soy esa flor pequeña que intentabais regar todos los días,
pero,
pasen los años que pasen seguiré siendo vuestra niña.
Os llevo en la sangre y os admiro.
Ojalá algún día encuentre un amor como el vuestro.
Después de años volvéis a estar juntos y aunque ya no estáis aquí, sé que jamás estaré sola.

Gracias a los dos por regalarme una persona tan especial,
el hombre que es mi padre.
El amor de todas mis futuras vidas.

Mis abuelos, mi mayor regalo.

Me enseñasteis a ser lo que quisiera. No sólo lo que me dejaban ser.

Lo último que aprendí de vosotros es que no todo se explica,
no todo tiene respuesta,
no todo en esta vida es justo,
no todo tiene sentido,
no todo es lógico.

Que guarde silencio y no llore no significa que no sienta y mucho menos que me haya olvidado de vosotros.
Simplemente hay personas que al crecer ya no necesitan que el mundo les vea llorar.
Hay personas que prefieren hacerlo a solas.
Con el corazón latiendo en la boca.
Con la almohada mojada de tanto llorar y dormir por el cansancio de la pérdida.

(Todos somos mortales hasta que alguien decide no olvidarnos).

Siempre he necesitado más de vosotros
y menos de todo el mundo.

Cuando era pequeña me resultaba más doloroso saber que todas las personas a las que quiero iban a morirse algún día, que ser consciente de que algún día yo también moriré.

Y ahora una pregunta me ronda la cabeza:
¿Cómo algún día podré explicarles a mis futuros hijos que sus abuelos, que serán su mejor juguete, se van rompiendo?

jueves, 19 de octubre de 2017

¿Perdices? Perdona, pero prefiero pizza.

Dragones.
Cuentos de hadas.
Para siempre.
Vivieron felices y comieron perdices.
Princesas.
Príncipes.
Erase una vez.

De todo eso en lo único que creería sería en los dragones.
Magnificas bestias.
Incluso diría que es más probable ver un dragón a que un para siempre de los que creemos se cumpla.

¿Cuántas veces has creído que un para siempre se cumpliría?
Hablo por mí, me los creí dos veces.
Los deseaba.
Quería que fueran así.
Después de la primera decepción creía que en la segunda sería mejor.
Pero no.

Nosotros no somos príncipes y princesas.
No vivimos en cuentos aunque nos cuenten muchos.
No tenemos castillos.
Ni mucho menos nuestra historia comenzó con un erase una vez.
Ni acabaremos comiendo perdices y siendo felices.
Ni mucho menos vendrá un apuesto príncipe a rescatarnos de una torre ni matará a un dragón.
Primero porque me quedaría con el dragón,
y segundo porque ninguna de esas cosas existe.

También hay que decir que más que princesa en todo caso sería una guerrera.
Esas sí existen.
Y para qué mentir, suena mejor.
Ya no necesitamos que un hombre nos rescate.
Me conformo con que quieran bien.

¿Perdices? Perdona, pero prefiero pizza.
No quiero un príncipe, pero sí que esté encantado de estar conmigo.

A veces me pregunto si aún hay chicas esperando a ser rescatadas por su perfecto príncipe azul...
la verdad... hace tiempo que yo maté a la princesa que llevaba dentro cuando era una niña,
para convertirme en el dragón que todos los malditos príncipes quieren matar.

Lo siento, siempre he sido más de animales que de personas.










Solo quiero que seamos, sin dejar de ser nosotros.

No quiero que me regales flores.
No quiero que tu vida se base en mí.
No quiero que dejes tu vida.
No quiero que te mueras por mí.

Solo quiero que seamos, sin dejar de ser nosotros.
No sé si me explico.

Quiero que vivas por ti y que yo sea solo un complemento para hacer más bonita tu vida.
Quiero que me sonrías por las mañanas.
Que ambos no podamos parar de reír incluso después de alguna discusión.
Quiero que nuestro mejor plan sea descubrir cada parte de nuestros cuerpos,
aunque ya nos los sepamos de memoria.
Quiero que nos hagamos la vida más fácil.
Adorar lo que te gusta, que ames lo que yo hago.
Que en los días de lluvia me despiertes con una sonrisa porque sabes que es mi clima favorito.
Que nos dolamos lo justo.
Que nunca acaben las guerras de besos y cosquillas hasta que uno de los dos se cae de la cama de tanto reír.
Que no se pierda la bonita costumbre que hemos cogido de tomar un buen vino en casa.

Que no se pierdan las ganas.
La alegría.
Las noches de series hasta la madrugada.
Los abrazos en la cama.
Los bocados que te doy en la espalda.
Que juegues a tus juegos mientras yo leo libros.
Que podamos hacer cosas por separado, que no perdamos las amistades.
Que seamos juntos todo lo que queramos, sin dejar de ser nosotros mismos.
Los besos por la mañana antes de ir a trabajar.
Que el perro nunca deje de ladrar al vernos jugando.
La sonrisa con la que te miro cuando llegas a casa y yo ya llevo un rato esperándote.

Hablo de querer y que te quieran.
Pero de querer bien.





martes, 17 de octubre de 2017

Siempre dolerá.

Aún tengo la necesidad de llorar tanto dolor.
Aún me arde el pecho por dentro.

Y qué decir de los recuerdos.

Joder.

Esos sí que duelen,
es una sensación rara,
como si tuviese el presentimiento de que eso siempre dolerá.

No me arrepiento de irme.
Es solo,
que a veces,
simplemente no compensa.
Pero muy pocas veces.
Solo en los días en los que es inebitable volver a llorarte.

¿Por qué apareces siempre para recordarme que te echo de menos?
Para recordarme que algunas cosas sí fueron buenas.
¿Por qué vuelves para decirme que eres feliz y que te va genial?

DUELE.

Duele mucho, joder.

Aunque yo decidí que ya no estuvieras más en mi vida.
Aunque yo te alejé porque ya no éramos los mismos.

Te quería.
Y por eso dueles.
A pesar de todo, no me arrepiento de irme.
Tenía firmes razones para hacerlo.

domingo, 15 de octubre de 2017

¿Y si te digo que aún me dueles?

Podría decírtelo.

Pero no lo voy hacer.
De qué serviría.

Para ser justos, diré que ya no te echo de menos.
Es la verdad, ya no.

Ya solo dueles,
y pronto ni eso.

Ahora me parece mentira eso de que tú y yo...
antes,
todo.

Y ya no.

Y para volver a ser justos,
diré que me alegro.
Porque tú ya no eras la persona de la que yo me enamoré.
Porque yo hace tiempo que dejé de ser la persona libre que siempre fui.

Y ya no merecía la pena, solo los recuerdos.

Y no os pasa, que a veces, ¿estáis cansados de sobrevivir?

Hablo de aguantar tanta mierda de personas a las que amamos o amábamos.

Ahora sé que lo mejor es sonreír.
Por que eso, señores, cura toda la mierda que nos hacen creer.

"Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte".

Y por suerte, hace muchos daños, me volví una mujer valiente.

Y aquí estoy, peleando por lo que nunca jamás volveré a dejar que me hagan.

"La venganza no se sirve en un plato frío. Se sirve en una mujer valiente".

miércoles, 23 de agosto de 2017

Me haces bien.

Todo un placer conocerte, amor.
Y cuando crees que ya no vas a conocer a alguien que te haga olvidar todo va y aparece.
Y qué bien.
Quiero más, mucho más.

Y es que tus sonrisas por la mañana dan vida.
Cuando te tumbas encima mía y me das los buenos días.
Cuando me hago la remolona por no querer salir de la cama y llegamos tarde al trabajo.
Cuando me dices que nos duchamos juntos o sino no te duchas.

Cuando piensas en mí y odio que te olvides de ti.
Cuando que desayune es tu mayor prioridad.
Cuando colocas un mechón de pelo detrás de mi oreja.
Cuando sonríes y no existe nada más.
Joder, eres amor.

Y en eso se resume todo, en que alguien te cuide.
Mejor dicho, en que alguien quiera cuidarte porque le nace solo.
Quédate, por favor.
Me haces bien.
Me haces feliz.

Y tu maldita sonrisa... cura lo que creía incurable.
Gracias por aparecer, quedarte y quererme.

Gracias por permanecer.

Y es ahora a tu lado que he aprendido a no tener miedo.
Por que ahora sé lo que es que alguien lo de todo por otro alguien.
Quiéreme, porque quiero pertenecerte, amor.
Pertenecerte con total libertad.
Como me gusta ser.
Libre, pero a tu lado.
A tu lado, pero sin cortarme las alas.

Y sí, hay gente que te quiere libre.
Y eso hace que me quiera a tu lado.

Bienvenido al resto de nuestras vidas.




Despedidas.

Y dime, ¿Cómo te digo quédate?
Si ya te he dicho adiós.

Si tal vez ninguno merecemos otro nuevo comienzo.
Incluso estaría mal.
Sí, estaría muy mal después de tanto dolor.

Te echo de menos.
Ya no siempre, pero a veces sigues doliendo.
Supongo que siempre dolerás.
Porque hablo por mí, pero nos hemos perdido lo mejor que podía pasarnos.

Te quiero.
¡Claro que te quiero!
Aún pondría la mano en el fuego por ti, amor.
Sabiendo que saldría ardiendo.

Los recuerdos...
esos sí que aún arden en el pecho.
Cada maldito y precioso recuerdo que ya jamás volveremos a compartir.

¿Qué hemos hecho?
¿Cuándo decidimos que lo mejor era tirar la toalla?
Quizás fue en el día en el que entendí que ya no eras la persona de la que me había enamorado.
Y cariño, a día de hoy...
Yo tampoco soy la persona de la que un día te enamoraste tú.
Si es que realmente algún día llegaste a hacerlo.

Nunca mostrabas realmente lo que sentías...
Así que preguntarme a día de hoy si algún día me quisiste
puede que esté incluso de más.

Esperaba que volvieras, incluso después de haberte echado de mi vida.
A veces te echo de menos en los rincones de mi casa, aunque fui yo quien decidió que ya no estés en ninguno de ellos.

Ahora sé que ninguno de los dos hemos perdido.
Estamos ganando.
                     Estamos ganando personas increíbles.

                                 Atentamente:La persona que una vez fue tuya.



martes, 22 de agosto de 2017

No soy tu basura, ni tu juguete, ni eres mi dueño.

Y es que es así.
¡Y mira que está mal!
Pero joder, que nos pisotean y no.
¡Claro que no!

Para empezar no soy tu basura, ni tu juguete, ni eres mi dueño.
Eso para empezar.

Que sí, vale, estoy aquí.
Pero no soy tu jodida propiedad.

Lo que tu quieras, pero lo que yo diga.

A estas alturas, después de tantos desengaños no vamos a ser tontas...

Toda la puta vida aguantando mierda, haciendo lo que toda la puta vida habéis querido...
y ahora tenéis miedo de que hagamos con vosotros todo lo que habéis hecho siempre con nosotras.

Hemos despertado, somos libres y no por eso infieles.
Sólo queremos algo que merezca la pena.
Que nos deis ganas de más y no de irnos corriendo.

Que queremos quereros, pero a veces, no todos, nunca todos, qué difícil nos lo ponéis.
Sólo reivindico nuestro sitio y no me importa que me llaméis agresiva, egocéntrica y zorra.
Hemos aprendido mucho de vosotros y la jaula ya se nos queda pequeña.

No soy tu zorra, no dispones siempre que te plazca de mí y por supuesto no nací para complacerte.

Quiero estar a tu lado, pero siempre lo haré en igualdad de condiciones o te tocará olvidarme, porque jamás voy a vivir con miedo.

No me callo, suficientes han muerto ya en absoluto silencio.

He aprendido a sonreír por mi, por quien es feliz con mi sonrisa y por quien detesta verme sonreír.

Si me quieres libre y a tu lado, mi más sentido quédate.

La mierda que me diste y yo veneraba.

¿Sabéis la sensación de vivir un amor paralelo a la realidad?

Como cuando te crees que te dan amor y en realidad es solo mierda.

Creía que me querías cuando en realidad hacías de todo menos eso.
Te perdoné cosas que llegué a creer que tenían una buena explicación.
Cuando en realidad no.

Me tenías en la palma de tu mano, podías hacer conmigo lo que quisieras.
Y tú en cambio optaste por destruirme.
Lo habría dado todo por ti y tú decidiste sacar lo peor de mí.
Incluso llegaste a hacerme creer que la culpa de todo era mía.

Dos años.
Dos putos y jodidos años haciéndome creer que lo que recibía de ti estaba bien.

Aprendí a sonreír como si no me hubiera muerto en el intento.

Puta ceguera, joder.
Puto amor que lo ciega todo a su paso.

Puta locura la mía por ti.
Te veneraba.
Te tenía en un inmenso pedestal y lo único que pasó es que tú me mirabas desde arriba con soberbia consciente de dónde te tenía.

Y qué bonito fue cuando se me cayó la venda de los ojos.
Cuando comencé a ver tus engaños.
Tu falta de saber amar.
¡Qué ciega estuve, maldita sea!

Bonito, bonito fue el día que decidí que tus regalos ya no me compraban.
¡Qué tonta fui al creer que eran por amor!
Cuando la realidad era muy diferente.
Sólo querías comprar mi cariño.
Y no amor, no tengo precio.

Creía que todo estaba perfecto.
Que el amor podría con todo...
Y con lo único que pudo fue conmigo.

Qué tonta fui al ocultarle al mundo lo que me hacías.
Qué tonta fui tratando de maquillar la verdad...
cuando lo único que merecías era que todos supieran la verdad.

Joder, gracias.
Me hiciste quererme decepción tras decepción.
Y qué gran peso de encima me quité el día en que fui capaz de no mentir más por ti.

Ahora sé que reconocer es empezar a superar.


Amor, ha sido todo un placer desconocerte.

Aún recuerdo tu risa.
Mi prisa por sacarte una sonrisa y comerte a besos.
A veces aún siento tus caricias.
O al menos aún intento sentirlas.
Y joder, se me pone la piel de gallina.

Tu olor.
Tu maldito y jodido olor tan perfecto.
A veces cierro los ojos e inspiro.
Esperando algo que ya no soy capaz de oler.

Tus besos.
Tu mano acariciando mi espalda.
Tus besos por la mañana al despedirte de mi antes de irte a trabajar.

Mis ganas de dar la vida por ti.
Dejarlo todo y centrarme en hacerte feliz.

Y de pronto,
tus pocas ganas.
Las malas caras.

El cambio de todo.

Ya no había besos ni caricias.
Ya no había despedidas por la mañana.
Dormíamos en la misma cama y hacía un frío que ni en el puto polo norte.

Aprendí a desconocer tus besos,
aprendí a no necesitarte.
Tú discutías y yo me callaba.
Creías que ibas ganando.
Pero en realidad amor,
yo ya estaba preparándome para irme.

Me buscaste llorando mil veces,
pero cariño,
he vuelto a sonreír.

Tengo otros labios que me besan con todas las ganas que te faltaban a ti.

Dijiste que creías que no sería capaz de irme y dejarte.
Ahora que has visto que es así te arrepientes y dices que vas a cambiar.

Pero ya no.
Ya no quiero que cambies.
¡Claro que no!
Ahora tengo todo lo que jamás me has dado.
Y te revienta verme feliz.
Me lo dices a todas horas.
Y eso, eso no era amor.
Si quieres que llore y esté mal no...
Claro que no lo es.

Y qué suerte la mía el día en que me armé de valor y decidí irme.
Y más suerte aún cuando apareció alguien queriéndome de verdad.

Amor,
ha sido todo un placer desconocerte.

Atentamente: Nunca tuya.




miércoles, 12 de abril de 2017

Hablo de querer y que te quieran.

Para sonrisas la tuya,
y para placeres mirarte.

Eres mi ciudad favorita,
a ti lo de ser solo persona se te queda pequeño.

Y es que un día me hicieron tanto daño que he aprendido a no hacérselo a nadie.
A ti solo quiero hacerte el amor.
A todas horas, cada día, por mil años.

Contigo no me da miedo tirarme al vacío y que no se abra el paracaídas.
Eres artillería pesada, chaleco antibalas y una maldita guerra nuclear.
Todo a la vez.
Arrásame.
Pero nunca te vayas.
También se puede arrasar de una forma preciosa.
Sin destruir, a sonrisas.

Contigo he aprendido el significado de mucho y bien.
Hablo de querer y de que te quieran.

Y solo puedo decir gracias a quien se fue.

Y alegrarme de que tú estés y vayas a quedarte.
Porque lo poco que puedo llegar a saber del amor lo he aprendido mirándote.
Observando cada detalle y proclamándome diosa a tu lado.
Simplemente por el divino placer de pertenecerte.

Y al hablar de pertenecer no hablo de enjaular.
Hablo de pura libertad a tu lado.

Desde que te fuiste ha llovido mucho.

Puede que a veces al hablar de lluvia en realidad se quiera hablar de lágrimas.
Desde que te fuiste ha llovido mucho.
Parecía que nunca iba a dejar de diluviar.
Ha llovido a mares, tormentas torrenciales y chaparrones horribles.

Ser el que se va puede que duela, no lo sé, nunca me he ido.
Pero te aseguro que ser el que se queda es jodido.
Hubo un tiempo en el que deseaba que jamás te hubieses ido.
Ahora solo pido que nunca vuelvas.

He vuelto a sonreír sin tener la necesidad de pensar que algún día podías volver.
He sobrevivido a tus mentiras, a tus besos, a tus abrazos...
¡Jódete! He aprendido a bailar bajo la lluvia.
Y ya no parece nada malo, ahora me gusta.
Jamás he disfrutado tanto viendo cómo poco a poco mi cuerpo se cala.

Has dejado de dolerme, he vuelto a reírme.
No hablo de ausencias, hablo de aprendizaje.
De los errores que no volveré a cometer.
De lo poco que voy a aceptar nuevas mentiras.
De lo que ya jamás le perdonaré a alguien.

No es rencor, es amor propio.
Y he descubierto que me quiero mucho.
Me amo y no necesito que alguien lo haga por mí.
Porque para que me quieran poco y mal ya tuve suficiente.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Contigo haría de todo menos fingir.

Quiero raptarte.
Llevarte a lugares los cuales siempre nos recuerden.
Sí, ellos son los que nos recordarían a nosotros.

Raptarte y hacer de mi cama la ciudad más bella de todo el maldito planeta.
Convertirme en astronauta y viajar por las constelaciones de tu espalda.
Perder la noción del tiempo,
no saber si es de día o de noche.
Si es Lunes o Jueves,
si son las cuatro de la tarde o las seis de la madrugada.
Acampar en mi cama y emprender la mayor aventura de todas jamás vivida.

Pero la realidad es otra.
Te empeñas en ocultar las razones por las que podría gritarle al mundo que eres maravilloso.
Te empeñas en no querer perderte, a sabiendas de que juntos jamás estaríamos perdidos.
Te empeñas en cortarme unas alas que jamás serán tuyas. (Yo jamás cortaría las tuyas).
Me gustas libre y tú me quieres en la jaula.
Puede que todo se resuma en que de algunas personas prefiero nada antes que poco y mal.

Pero sí,
me habría encantado hacer todo lo que jamás haremos.

No te gusta que mi Dios sea el Diablo.
No te gusta que te lleven la contraria y a mí, cariño, eso me fascina.
¿Nunca has escuchado eso de "me quedo conmigo que el resto me hace daño"?
Pues eso.

Y es que ante la duda, siempre el que no te haga dudar a ti.
Contigo tenía que sonreír para ocultar el infierno que llevo dentro
y joder,
que yo contigo haría de todo menos fingir.

Me habría encantado ir por la calle agarrada de tu mano.
Me habría encantado comerte a besos en cualquier parte.
Me habría encantado ser.
Y al final ser todo.
Pero de verdad, no a medias.

Aún sigo pensando en la fascinante idea de raptarte.
Pero sé que a estas alturas ninguno de los dos nos merecemos eso.

martes, 21 de marzo de 2017

¿De qué Dios habláis?

Qué Dios permite guerras, pobreza, enfermedades...
De qué Dios habláis.
¿Vais a decidme que existe un Dios que permite todas esas barbaries?
¿Qué Dios permite que los niños se mueran de hambre?
Si se supone que él es amor... por qué existen los asesinatos, las crueldades, homofobia, machismo, curas pederastas, niños robados, gente sin derechos, familias enteras que mueren de hambre.
Ricos más ricos, pobres más pobres.
Por qué existen personas viviendo en la calle.
Muertes sin compasión, personas devastadas por enfermedades.
Lo único en lo que creo es en las personas buenas.
Si hubiesen más,
probablemente no haría falta hallar consuelo en un Dios.

Claro que le he pedido, le he suplicado y le he rezado.
Pero no ha estado.
Claro que cuando no podía más alzaba la mirada al cielo y suplicaba que por favor no se llevase a nadie más de mí familia.
¡Claro que lo he hecho, joder!
Es un acto humano.
Lo he hecho y probablemente lo vuelva hacer.
¡¿Pero dónde está ese Dios!?

De pequeña siempre me hacía la misma pregunta:
¿Por qué Dios permite el sufrimiento?

(Según la biblia, Dios permite el sufrimiento porque al crear a nuestros "primeros padres" los hizo perfectos y los puso en un jardín paradisíaco.
Si obedecían las leyes divinas, disfrutarían de la vida perfecta en aquel jardín por siempre.
Sus hijos también serían perfectos y con el tiempo, el planeta entero sería habitado por seres humanos perfectos y felices.
Pero si Adán y Eva hacían las cosas sin contar con Dios, él no dejaría que siguieran siendo perfectos.
El acto de desobediencia de nuestros primeros padres trajo consigo imperfección, muerte, violencia, sufrimiento y dolor a toda la humanidad).

"Si se supone que es sabio y justo, ¿por qué el resto del mundo estamos pagando por el error de Adán y Eva?"

No creo que sea más mala persona por no creer en Dios, como mucho hipócrita por haberle rezado a sabiendas de que ahí arriba no había nadie. No es que no tenga fe,
sí que tengo fe, pero en las personas.

Por qué permite los desastres naturales, por qué permite el odio, por qué, por qué y más por qué.
Muchos dirán que la culpa de todas esas cosas no es de Dios por permitirlo, dirán que la culpa es de los humanos.
Acepto esa teoría.
Pero aun siendo así, si existiese un Dios, en vez de llevarse a personas inocentes se llevaría a los de malas acciones.
Pero no, siguen muriendo niños, siguen habiendo guerras y sigue existiendo toda clase de sufrimiento.

Así que si Dios de verdad existe, decidle que yo no le perdono.

Jamás será tarde.

¿Nunca habéis sentido que tenéis un lugar?
Tu sitio, tu santuario, el lugar al que huir... el sitio que es absolutamente tuyo...
Que ha sido creado para ti...

Cuando hablo de mi lugar favorito, hablo de la playa.
He vivido años en él.
Vivía en primera línea de playa, en primera línea a mi lugar favorito.
Esa costa me ha visto en todas mis versiones y yo a ella.

Y es que no me refiero al sitio en sí.
Me refiero a lo que sientes estando en él...
Es como si al estar allí y meter los pies en el agua todos los problemas se esfumasen.
Y todo lo que encierra ese lugar...
Me encanta esa playa por lo mucho que me recuerda  quién soy,
por lo mucho que me recuerda a los paseos que daba cogida por ella de la mano de mi abuelo.

Y es que puede que esos sitios sean los que más recuerdos abarcan.
Puede que por eso sentimos que es nuestro e incluso más de todas las personas a las que recordamos estando allí.

A veces nos consumimos, nos alejamos de los demás, queremos estar solos...
Y nuestro sitio siempre está ahí.
Puede que teniendo un lugar, jamás lleguemos a estar solos del todo.
Porque en ese sitio he llegado a imaginar lo que jamás pensé,
he llegado a recordar lo que creía olvidado,
he vuelto a sentir lo que una vez creí muerto.

En ese sitio he descubierto que ya no tengo motivos, pero sí que me quedan ganas.
He descubierto que somos tan ilusos que cualquier cosa la confundimos con amor.

Puede que nos rompan el corazón mil veces más,
puede que haya más tropiezos,
puede que volvamos a ilusionarnos para que al final solo vuelva a quedarnos llorar,
puede que volvamos a sentir que todo se va por el maldito desagüe,
pero jamás será lo suficientemente tarde para nosotros mismos.
Jamás será tarde para demostrarme a mí misma que me quiero.


sábado, 18 de marzo de 2017

Acabo de decidir que esta guerra ya no es la mía.

La gente también se cansa, sabes.
Se cansa de las migajas que le ofrecen.

Y he decidido que ya no te quiero.
¿Qué fácil resulta decirlo, no?
¿Qué tal si mejor lo hago?

Porque sí, me lo merezco.
Qué putada no recibir nunca con la intensidad que siempre damos.
Y estoy cansada.
De ti, de mí, de tus escusas, de las mentiras.
Y he decidido que tú ya nunca.
Jamás.
Se acabó.
Vete con tus excusas a otro lado.
A otra persona.
Y a mí déjame en paz, joder.

Que eres la guerra más bonita jamás librada.
Y tiro la toalla.
No quiero más espadas, ni más balas, ni más heridas.
Acabo de decidir que esta guerra ya no es la mía.

Y creo que he ganado.

Sí, joder.
Acabo de ganar la mejor guerra.
He sobrevivido a ti y ya no vas a arrasarme nunca más.
¡Claro que sí he ganado!
Me he ganado a mí y qué pena que para ello haya tenido que perderte a ti.

Y ahora puede que parezca que haya perdido porque estoy aquí sola bajo la lluvia.
Porque créeme, llueve mucho sin ti.
Pero algún día la lluvia ya no estará, mis ojos dejarán de tener ojeras
y mis sueños volverán a estar preparados.

Que no te confunda mi tristeza. Siento la gloria que sienten los valientes al ganar la guerra,
pero también siento la tristeza por tal barbarie cometida.



jueves, 23 de febrero de 2017

Si esperas a que tenga que ser, era.

"Fuera llueve, dentro también".
Y yo solo quiero que me cales hasta los huesos.
Así fue como nos hicimos tóxicos.
Llueve y como siempre, a mi gusto.

¿Conocéis a esas personas a las que amas y no te lo perdonan nunca?

Supongo que el amor es algo así como que alguien se preocupe por cómo estás,
y que aunque no pueda ayudarte se quede a tu lado.
Haciéndote sentir que jamás estarás sola por más problemas que te abarquen.

Y ese fue el problema. Que a la primera de cambio saliste corriendo.
Y yo te necesitaba, joder.
¡Claro que sí, como nunca y una vez más, tampoco estabas!

(Eres como la metáfora de un mar en el que uno siempre sigue ahogándose y por desgracia nunca se muere).

Prometo sonreír más en los próximos recuerdos.

Qué cierto eso de, "Uno tiene que abandonar aquello que ya le ha abandonado".

Nunca estuviste de más, pero sí siempre de menos.

Supongo que si esperas a que tenga que ser, era.

Ella.

Y una vez más intento explicarle a este dichoso mundo qué es lo que me hace seguir adelante,
lo que me hace respirar.
Cómo explico la verdad,
mi mayor logro, mi mejor sonrisa,
mi mejor persona.
Cómo le hago al mundo saber que ella es mi reina de corazones,
mi mayor guerrera,
mi escudo antibalas, la sonrisa que arregla mi mundo,
la mejor compañía que ha existido y existirá.
La mejor verdad jamás contada y vivida.
Cómo le hago al mundo saber que su simple persona vale por mil otras,
que su simple sonrisa abarca miles de momentos,
que su maldita mirada te hace ver todo lo que te vas a reír de ante mano.
Que es mi mitad, mi mayor fortuna, mi diamante en bruto.
Hemos muerto de vergüenza y en otras tantas muertes nos ha dado risa al sentir que no,
que eso no era nuestra muerte, sólo era una más de todas nuestras tantas vidas.
Y es que al hablar de ella hablo de alegría, de sentir morir y no te mueres, sólo te ríes aún más.
Y es que eres tanta VERDAD que más que merecer la pena, la vives.
Mi mayor musa, la que me hace vivir de alegrías.
Y es que ya no sé cómo agradecerle al mundo que estés,
ya no sé como agradecer el conocerte, el vivirte y el sonreírte.
Y es que contigo todo es posible porque todo merece más la pena.
Con ella cada día, cada momento, cada sonrisa tiene una banda sonara a cual más diferente
y a cual mas infinita.
Mereces tanto la pena que quiero vivirte en cada una de tus posibles y maravillosas versiones.
Mi AS en la manga, la mejor baraja de cartas, el mejor truco de magia jamás enseñado.



miércoles, 8 de febrero de 2017

Lo siento por sonreír al mirarte.

Lo siento por todo, no sabes cuánto.
Lo siento por quererte y que no sea suficiente.
Y es que es cierto, con el amor no basta.
Lo siento por sonreír al mirarte.
Por admirar embobada los lunares de tu espalda.
Por sentir de más. Por querer por los dos.
Por no ser ambos lo que esperábamos.
Por tropezar y ya no saber cómo diablos levantarme.
Por aguantar tus silencios, por tú no querer escuchar los míos.
Por los besos y las despedidas, pero sobre todo por esas veces en las que no me quise ir.
Esas han sido las mejores.
Irse cuando lo único que quieres es quedarte.
Quedarte cuando lo que más mereces contigo misma es irte.
Y qué cierto eso de que nadie va a quererte más que tú.
Pero qué difícil resulta a veces hacerlo.
Supongo que es más fácil querer a los demás, en vez de a ti mismo.
Y qué complicada soy, joder.
Cuando todas las señales apuntan a que corras, a que no te detengas, a que mires por ti.
Y tú como tonta te sigues quedando, sola ante el peligro.
Y ya no sé si soy yo la que se pone triste o lo hace tu mirada cuando veo que ya no sientes nada.
Puede que el fallo esté realmente en uno mismo.
A veces lo único que necesitamos es volver a creer.
Y si es en nosotros mismos, mejor. Mucho mejor.
Te enseñé mis puntos débiles, mis miedos y mis victorias,
te conté lo vivido, lo que quería vivir contigo, te susurré un "quédate siempre",
te grité sonriendo mis sueños, joder, te hice partícipe de cada uno de ellos.
Y tú, tú solo te fuiste y te lo llevaste todo.
Creemos que la solución es recordar sin que duela,
yo creo que la solución es quemarlo todo. Consumirlo todo.
Si vuelves, estaré dispuesta a crear nuevos recuerdos y de no ser así quizá para entonces ya te haya olvidado.
La verdadera solución va a ser esperar que no vuelvas.
Y volver yo.
Pero a mí.
Para eso sí que nunca es tarde.



miércoles, 25 de enero de 2017

Sin ti lo soy todo.

No sé que va a pasar.
Ni siquiera sé si yo misma seguiré aquí para averiguarlo.
Quien sabe, quizá ni yo esté para cuando vuelvas.

He llegado a pensar que estaba entera por dentro.
Pero miro en mí y solo encuentro huecos.
Vacíos internos llenos de sentimientos.
Puede que solo esté hablando mi miedo.
O posiblemente de lo único que esté hablando con miedo o no, sea de la absoluta verdad.

Pueden ser tantas cosas de las que hablo que de lo único que estoy segura es de que no dejo de pisarme a mí misma. Desde que te conocí no hago más que ponerme la zancadilla.

Aprender a vivir.
¿Qué difícil, no?

Espérame, vuelvo pronto.
Eso me digo a mí misma cuando me descubro echándome de menos.
Y, ¿sabéis quién tiene la culpa de eso?
YO.
Solo y exclusivamente yo.

Por dejarme robar lo que más he tenido.
Que nadie te quite la libertad,
que nadie te absorba tanto como para hacerte irte de ti misma casi sin darte cuenta.

Que nadie jamás te haga echarte de menos, tampoco te lo hagas a ti mismo.
En cualquier caso, no te faltes.
Mejor sóbrate.

Tú eres quien va a estar siempre.
Puestos a echar de menos... que te echen de menos todos, menos tú.
Y sonríe.
Sonríe tanto como puedas.
Porque te tienes y porque nadie jamás va a volver hacerte sentir tan poco.

Ahora duele, pero eh, tranquilidad, se sobrevive.
Nadie muere por nadie. Así que no me voy a morir de ti.

Mejor muérete tú, pero de pena.
Pena de ver como te has perdido lo mejor que podía pasarte.
Quédate y mírame sonreír.
Y no me afectará tu presencia, ni mucho menos que me estés mirando.
Me dará igual y sonreiré aun más.
Y ahí, justo ahí es cuando sabré que he ganado.

He llegado a la conclusión,
mejor dicho he entendido de una maldita vez...
                                                       ...que sin ti, cariño...
                                                                         ...sin ti lo soy todo.


martes, 24 de enero de 2017

Voy a desentoxicarme, voy a vomitar tus mentiras.

A veces duele tanto que no sirve de nada decirlo en voz alta.
Quizá porque ya no haya nadie que te quiera escuchar.
O simplemente porque decirlo deja de tener sentido.

Voy a desintoxicarme, voy a vomitar hasta las mentiras que ya no recuerdo.

Querido amor: que te jodan, joder.
Que te jodan mucho y te hagan llorar.
Que te destrocen el alma y pisoteen tus sueños.
Que destruyan cada parte de ti.

Y así al fin cuando logres entenderme dejarás de juzgarme.

Que sí, que lo sé.
La culpa no es del amor, la culpa es nuestra.

Putas y malditas personas.
Qué facilidad esa de tener los sentimientos de alguien en las manos y tirarlos al suelo.
Pisotearlos y escupirles.

¿Sabéis?
Que os jodan a vosotros... a todos nosotros.

No podemos ser así de estúpidos.
¿Cuándo se empezó a torcer todo?
¿Cuándo dejó de importarnos los sentimientos?

Querido amor: no quiero que te den, sólo quiero que vuelvas a encontrarme.

jueves, 12 de enero de 2017

¿Mejores amigas?

¿Qué haría yo sin mi loca?
Esa es una pregunta que mejor no contestar, porque ya se tiene que joder, está destinada a estar conmigo siempre, está obligada a reírse conmigo aun cuando seamos unas viejas.
Somos hermanas, y sí, estamos locas, pero si lo estamos es porque nos gusta ser así.
Hacernos reir la una a la otra, porque contigo es imposible estar triste. Estás ahí para todo así que ya no puedo pedir más.
¿Mejores amigas? ¿De esas que no se dejan tiradas y están ahí para todo y más? pues esas somos nosotras.
Hay cosas que solo se nos podrían ocurrir a nosotras y que me da igual todo, todas las tonterías que hacemos, todo lo que nos reimos, todo lo que la podemos llegar a liar en una noche, me da igual entrar a un pub y que se nos queden mirando, me da igual todo porque lo hacemos juntas.
A tomar por culo los que nos miran raro por ser felices y ponernos locas de alegría en cualquier sitio.
Que a mi me da igual donde sea porque si es contigo ya está todo lo bueno asegurado.
Por las grandes cosas de la vida, las que haces con las personas que te quieren.
Hablo de esas personas, las que te regalan sonrisas, momentos increíbles, personas de las que te salvan de muchas, personas reales, personas que están ahí siempre, personas que no cambiarias por ninguna otra, personas que te dan vida, con las que sientes que no estas perdiendo el tiempo, amistades de verdad. Personas como ella.
Es la persona que hará que el día de mañana no me arrepienta de haberme perdido cosas, de no disfrutar y de no vivir al máximo, porque al lado de ella eso es imposible.
Y llegará el día en el que seamos unas viejas y seguiremos juntas, de eso ya no hay duda, porque de eso se trata la vida, de disfrutar y tener a las mejores personas de este mundo al lado, porque si te hacen sonreír, te quieren, están ahí para todo, te crean recuerdos inolvidables, son imprescindibles para tu vida y si ya encima de todo te lo demuestran, pues sí, tenedlo claro... esas son las mejores personas para tener al lado y ella es más que eso.
Que cierto eso de que los amigos de verdad se cuentan con una sola mano y para qué quieres más teniendo a los que tienes de verdad, no la cambiaria por cien más como ella. 
Y si me dieran a elegir un solo momento de todos los que he vivido con ella no podría, pero aún así me quedaría con los momentos que aún no hemos tenido, porque esos sí que son muchos.
Todos los que nos quedan y todas las cosas que aún tenemos que disfrutar.
La familia esta ahí para todo y todo el mundo sabe que los amigos son la familia que uno tiene el placer de escoger.
Así que no tengo nada más que decir.

Está claro que las únicas personas que uno necesita en su vida, son las que demuestran que te necesitan en la suya.

Gracias por ser, estar y existir.

Y la verdad después de tanto tiempo conociéndola, no sé el momento exacto cuando fue que nos hicimos inseparables. Y de todo lo vivido en estos años me quedo con lo que me ha hecho sentir en cada uno de ellos, esas risas, momentazos, desmadres y por nuestros sueños.
Porque se van a cumplir todos.
Ya lo verás.
Tengo la suerte de que las personas más importantes siguen conmigo, y las nuevas que han llegado son increíbles, porque cuando tienes a los mejores te da igual el sitio en el que estar mientras sea con ellos.
Gracias por ser, estar y existir.
A mí, lo que realmente me hace feliz, es ver felices a quienes quiero.
Por eso me tiro todo el santo día tocándoles los cojones hasta que sonríen, por eso de vez en cuando me dices que soy una pesada.
Eres lo mejor. Lo mejor para alguien a quien le gusta disfrutar y reírse.
Que cuando estamos juntas nadie sabe lo que nos puede rondar por la cabeza, lo que podemos tramar y si digo la verdad, a veces, ni nosotras mismas lo sabemos, es lo que tiene estar como cabras, gracias por ser la versión de mí.
Me quedo contigo porque me dices lo que no quiero escuchar.
Lo que a veces la gente no se atreve a decir, lo que hago mal.
Me has enseñado que valiente no es el que no llora, valiente es el que lo hace llorando. Porque aunque estés mal, siempre estás ahí para hacerme reír, y eso solo puede ser bueno. Me gustan las personas que parecen una cosa y luego cuando las conoces resulta que son todavía mejor.
Llevas ya muchos momentos que no voy a poder olvidar, demasiadas locuras que no podrán olvidarse nunca, porque cuando seamos unas viejas, acuérdate de esto, seguiremos siendo igual.
Tuvo que pasar algo muy mal para que tú y yo acabásemos juntas, un mal momento, nos ayudamos desinteresadamente y sinceramente ahora no sé quién ayudó a quién ni quién de las dos tuvo la suerte de conocer a la otra. 
<<Que mala la gente que cuando dice vamos a tomarnos la última y resulta que lo dice de verdad y luego estás tú que por última entiendes dieciséis>>.
Cuando nadie ha estado, cuando nadie más quiso estar...
Todas esas veces ahí has aparecido tú, para hacer mi vida un día a día lleno de locuras.
Haces mi vida más fácil.
No sé por qué no has aparecido antes, pero aún así me basta con toda una vida juntas.
Si ahora mismo me dieran a elegir un solo momento de tantos que hemos tenido, no podría elegir ninguno. Porque me los quedo todos desde el primero hasta el último.
Porque quién iba a ser capaz de decir que esto iba a acabar así... así de bien, así de increíble, así de familiar.
Ahora sé que nada es como se cree al principio, que las cosas cambian y te has convertido en lo mejor, eres la que no me pasa ni una si estoy mal y me pones contenta en menos de lo que canta un gallo, eres la que está ahí y siempre estará.
Eres una de las pocas personas que me conocen al cien por cien y si te digo la verdad, gracias por existir y por estar en mi vida, porque la palabra increíble a ti, se te queda corta.





Con él sé que estoy en casa.

Él, la persona que no sé ni cómo me aguanta.
Soy una pesada, una tocahuevos, la que le hace cosquillas en los pies,
la que se mete con él hasta que consigo desquiciarle.

Qué sí,
que soy una borde,
una pesada,
miles de defectos pero él dice que esas son mis virtudes. 

Le muerdo, le muerdo, le muerdo, se hace el enfadado y cuando no le muerdo lo echa de menos.
Yo soy la mujer loca de su vida, él es con quién pierdo la noción del tiempo y del espacio,

porque con él sé que estoy en casa.
Porque si de siete noches de la semana, seis dormimos juntos,

esa última noche que no lo hacemos ya no dormimos bien, y eso,
eso solo puede ser bueno.
Porque todo cuenta. Pero no todo vale.

No quiero un príncipe azul, no quiero que maten al dragón por mí.
Lo que quiero es que merezca la pena.





martes, 10 de enero de 2017

Por ser ella, por ser yo y por todo lo que llegaremos a ser.

Porque la adoro, porque la quiero y porque puedo.
Porque mi sonrisa va ligada a la suya, porque ella me hace grande.
Porque la tengo y porque es mi mayor virtud.
Por los años, las sonrisas y abrazos,
por los sueños que hemos cumplido,
por los que nos quedan y también haremos realidad.
Por esa mirada, por la amistad, por la familia postiza, por los momentos, por los recuerdos....
Por la gran persona que es, por la falta que me hace.
Por lo que somos juntas, por lo que nos queda.
Por cada momento que hemos pasado,
por cada gramo de felicidad,
por cada día que no hemos estado juntas, por todos los que sí.
Por todo lo incambiable, por todo lo que no vale dinero,
por todo lo que no es material, por todo lo que tanto nos gusta.
POR TANTA VERDAD.
Por ser ella, por ser yo y por todo lo que llegaremos a ser.
¿Alguien sabe del placer que hablo?
Hablo de ese placer que pocos conocen.
Ese placer que supera al amor.
Amor no es solo tener pareja, no es solo amar a alguien.
Amor también es la persona que tenemos al lado incondicionalmente.
Amor también es ella. Amor es amistad.
Por lo que hemos pasado, por lo que estamos viviendo y por lo que nos queda.




domingo, 8 de enero de 2017

Eres simplemente la mejor verdad que he conocido.

Más que una simple amistad y "hermanas" puede sonar a tópico pero hasta eso se nos queda pequeño.
¿Cuántas cosas nuevas nos ha regalado la vida?
Tú, el mejor regalo de mi vida sin duda.

Por todo lo que nos queda, porque te quiero,
porque haces por mil, porque contigo merece la pena.

Hay personas por las que merece la pena todo y tú eres una de ellas.

Gracias por todo este tiempo,
por los años y por todos los demás que nos quedan.

Te quiero y requiero, lo haré siempre....
Por ser la que siempre está. Sin condiciones y sin segundas intenciones.
Tú, mi persona incondicional, incambiable.
Por lograr lo que somos, por ser tanto para mí.

¿No crees que es demasiado bonito? Hablo de eso de sentir que hemos aprovechado el tiempo,
la vida, las ganas, que lo hemos dado todo la una por la otra...
Por los besos, los abrazos, los empujones, los momentos, los grandes recuerdos...
Por todo lo que contigo se resume en inmejorable.

Eres simplemente la mejor verdad que he conocido.
Eres el lugar donde comenzó todo, mi km0, el lugar donde volver siempre.
Que no hay mejor sensación que la de vivir contigo.
No se puede pedir más.

Al tener una persona tan de verdad te da igual el resto, esa persona puede llegar a hacer por mil.
Es de las personas con la que sientes que todos los fracasos pasados dan igual porque ella si está y lo estará siempre. 

Ella es la que nunca huye... la que se quedará conmigo hasta que lleguemos al infierno.

Mi ángel de la muerte, mi espejo roto, mi sal derramada, mi amuleto de la mala suerte.
Eres la entrada más bonita al infierno que he tenido el placer de conocer.
Y que bonito suena, joder.

viernes, 6 de enero de 2017

Somos unos completos capullos.

Somos unos completos capullos. Nosotros y nuestras corazas que nos alejan de todos. Que nos protegen de todo y a la vez de absolutamente nada. Pero de lo que sí nos llegamos a proteger más es de nosotros mismos. Nuestros propios monstruos. Somos la peor cárcel posible. Hablo de nosotros mismos y de nuestros miedos.
Pero aparece tu persona y poco a poco casi sin que te des cuenta destruye cada una de tus corazas. Y para cuando quieres sr consciente, cuando quieres darte cuenta... ya estás demasiado metido de lleno en esa persona como para crear absurdas y nuevas corazas.
Llegados a ese punto es que ni quieres crearlas ni la otra persona se merece que las creas nuevamente.
Y entonces lo sabes, es la persona indicada.
La persona capaz de derribar hasta lo que creías indestructible.
La persona que cuando no puedas volar se arrancará sus alas para que no camines solo.
La persona que admirará tus cicatrices con orgullo. Te enseñará a nos esconderlas y al final las mostrará al mundo con satisfacción.
Quédate con esa persona, la que te hace feliz y no malgastes el tiempo con alguien que solo te satisfaga por un rato. Quédate con ella, esa persona que te hace sentir grande.
Busca a tu persona a la que emigrar. Piérdete en ella. En su olor. En sus costumbres.
Ámala y viaja sin tener que viajar literalmente. Disfruta de sus paisajes.
Habrá un nosotros, seremos lo que queramos ser.
Y jamás nada te parecerá tan bonito como las bonitas constelaciones a base de lunares en su espalda.
Somos unos completos capullos hasta que llega la persona que nos hace sentir de todo menos miedo.
Es ahí cuando dejamos de ser capullos y lo damos todo por lo que sí merece la pena y nos olvidamos por fin de todo lo que no.



jueves, 5 de enero de 2017

Sabes que él no te echa de menos.

Vas caminando por la calle, sonríes, eres feliz, te acomodas el cabello hacia un lado y sonríes más aún. Alzas la mirada del suelo y por mucho que te cuesta no dejas de sonreír.
No piensas darle la satisfacción de hacerlo.
Le das dos besos y la mitad de las cosas de las que te habla no las escuchas, estás tan nerviosa que solo asientes y sonríes.
Se despide y se vuelve a perder por las calles por las que nunca debiste de volver a encontrártelo.
Sigues caminando, en tu rostro ya no está la sonrisa de la que intentabas presumir.
Ya no está porque se ha ido con él.
Porque sabes que hasta el corazón lo haría si pudiese hacerlo por su propio pie,
   -pero por suerte o por desgracia está unido a ti-.
Encuentras un banco cercano, te sientas y contienes las lágrimas.
Finges otra puta sonrisa como si las otras no hubiesen sido suficientes, sonrisas las cuales por cierto, seguro que no se ha creído nadie.
Aprietas con fuerza tus puños, clavas tus uñas en las palmas de tus manos,
pero aun así lloras.
Un par de lágrimas frías recorren tus mejillas y piensas.

¿Me echará de menos? ¿Lo hará tanto como yo lo hago? ¿Le dolerá tanto el imaginarme con otro? ¿Pensará en el hecho de que pueda existir alguien más en mi vida? ¿Pensará en mí?
¿Por qué ha tenido que cruzarse nuevamente en mi camino?
Ojalá todas las chicas en las que hayas intentado olvidarme haya sido un absoluto y rotundo fracaso. Ojalá otras bocas solo te hayan recordado la mía.
¿Qué cara pones cuando hablan de mí? ¿Finges que ya no te duele? ¿Qué ya no soy nada? ¿O peor, ni siquiera te hace falta fingir?
¿Cuánto tiempo has invertido en olvidarme?
¿Qué habría pasado si te hubiera dicho que me duermo, después de tantos meses, esperando tus llamadas? Habría quedado como una imbécil, eso pasaría.

Secas las lágrimas y comienzas nuevamente a caminar. Andas decidida, aparentando ser una supermodelo subida en una pasarela, la gente puede pensar que eres gilipollas pero al menos, al menos duele menos eso que un corazón roto.
Sonríes, la sonrisa te llega de oreja a oreja y estás preciosa, joder.
Estás increíble. Porque de sobra sabes que él no te echa de menos, pero has sido capaz de demostrarle que tú a él tampoco.
       
        Cuando se ha ido te has derrumbado, pero ¿y qué? Él no lo ha visto.

Tiempo atrás te habrías lanzado a sus brazos y te habrías arrastrado por algo que ya está de más.
Algo que ya solo está en ti, en tus recuerdos y en tu corazón.
Pero están saliendo, -solo necesitas un par de meses más-.
Vuelves a sonreír y le guiñas el ojo a la gente mientras caminas y te contoneas.
Así la vida es más fácil y duele menos.
Y luego en casa, en casa llora lo que quieras.
Pero permítete, mejor dicho, permítele al mundo el lujo de conocerte.
En vez de echar de menos, sal ahí fuera, mata a la princesa que llevas dentro y conviértete en el dragón que todos los jodidos príncipes quieren matar.
Quémalos a todos y vuela.
Eres demasiado libre para estar en una jaula tan grande de tristeza.