miércoles, 22 de marzo de 2017

Contigo haría de todo menos fingir.

Quiero raptarte.
Llevarte a lugares los cuales siempre nos recuerden.
Sí, ellos son los que nos recordarían a nosotros.

Raptarte y hacer de mi cama la ciudad más bella de todo el maldito planeta.
Convertirme en astronauta y viajar por las constelaciones de tu espalda.
Perder la noción del tiempo,
no saber si es de día o de noche.
Si es Lunes o Jueves,
si son las cuatro de la tarde o las seis de la madrugada.
Acampar en mi cama y emprender la mayor aventura de todas jamás vivida.

Pero la realidad es otra.
Te empeñas en ocultar las razones por las que podría gritarle al mundo que eres maravilloso.
Te empeñas en no querer perderte, a sabiendas de que juntos jamás estaríamos perdidos.
Te empeñas en cortarme unas alas que jamás serán tuyas. (Yo jamás cortaría las tuyas).
Me gustas libre y tú me quieres en la jaula.
Puede que todo se resuma en que de algunas personas prefiero nada antes que poco y mal.

Pero sí,
me habría encantado hacer todo lo que jamás haremos.

No te gusta que mi Dios sea el Diablo.
No te gusta que te lleven la contraria y a mí, cariño, eso me fascina.
¿Nunca has escuchado eso de "me quedo conmigo que el resto me hace daño"?
Pues eso.

Y es que ante la duda, siempre el que no te haga dudar a ti.
Contigo tenía que sonreír para ocultar el infierno que llevo dentro
y joder,
que yo contigo haría de todo menos fingir.

Me habría encantado ir por la calle agarrada de tu mano.
Me habría encantado comerte a besos en cualquier parte.
Me habría encantado ser.
Y al final ser todo.
Pero de verdad, no a medias.

Aún sigo pensando en la fascinante idea de raptarte.
Pero sé que a estas alturas ninguno de los dos nos merecemos eso.

martes, 21 de marzo de 2017

¿De qué Dios habláis?

Qué Dios permite guerras, pobreza, enfermedades...
De qué Dios habláis.
¿Vais a decidme que existe un Dios que permite todas esas barbaries?
¿Qué Dios permite que los niños se mueran de hambre?
Si se supone que él es amor... por qué existen los asesinatos, las crueldades, homofobia, machismo, curas pederastas, niños robados, gente sin derechos, familias enteras que mueren de hambre.
Ricos más ricos, pobres más pobres.
Por qué existen personas viviendo en la calle.
Muertes sin compasión, personas devastadas por enfermedades.
Lo único en lo que creo es en las personas buenas.
Si hubiesen más,
probablemente no haría falta hallar consuelo en un Dios.

Claro que le he pedido, le he suplicado y le he rezado.
Pero no ha estado.
Claro que cuando no podía más alzaba la mirada al cielo y suplicaba que por favor no se llevase a nadie más de mí familia.
¡Claro que lo he hecho, joder!
Es un acto humano.
Lo he hecho y probablemente lo vuelva hacer.
¡¿Pero dónde está ese Dios!?

De pequeña siempre me hacía la misma pregunta:
¿Por qué Dios permite el sufrimiento?

(Según la biblia, Dios permite el sufrimiento porque al crear a nuestros "primeros padres" los hizo perfectos y los puso en un jardín paradisíaco.
Si obedecían las leyes divinas, disfrutarían de la vida perfecta en aquel jardín por siempre.
Sus hijos también serían perfectos y con el tiempo, el planeta entero sería habitado por seres humanos perfectos y felices.
Pero si Adán y Eva hacían las cosas sin contar con Dios, él no dejaría que siguieran siendo perfectos.
El acto de desobediencia de nuestros primeros padres trajo consigo imperfección, muerte, violencia, sufrimiento y dolor a toda la humanidad).

"Si se supone que es sabio y justo, ¿por qué el resto del mundo estamos pagando por el error de Adán y Eva?"

No creo que sea más mala persona por no creer en Dios, como mucho hipócrita por haberle rezado a sabiendas de que ahí arriba no había nadie. No es que no tenga fe,
sí que tengo fe, pero en las personas.

Por qué permite los desastres naturales, por qué permite el odio, por qué, por qué y más por qué.
Muchos dirán que la culpa de todas esas cosas no es de Dios por permitirlo, dirán que la culpa es de los humanos.
Acepto esa teoría.
Pero aun siendo así, si existiese un Dios, en vez de llevarse a personas inocentes se llevaría a los de malas acciones.
Pero no, siguen muriendo niños, siguen habiendo guerras y sigue existiendo toda clase de sufrimiento.

Así que si Dios de verdad existe, decidle que yo no le perdono.

Jamás será tarde.

¿Nunca habéis sentido que tenéis un lugar?
Tu sitio, tu santuario, el lugar al que huir... el sitio que es absolutamente tuyo...
Que ha sido creado para ti...

Cuando hablo de mi lugar favorito, hablo de la playa.
He vivido años en él.
Vivía en primera línea de playa, en primera línea a mi lugar favorito.
Esa costa me ha visto en todas mis versiones y yo a ella.

Y es que no me refiero al sitio en sí.
Me refiero a lo que sientes estando en él...
Es como si al estar allí y meter los pies en el agua todos los problemas se esfumasen.
Y todo lo que encierra ese lugar...
Me encanta esa playa por lo mucho que me recuerda  quién soy,
por lo mucho que me recuerda a los paseos que daba cogida por ella de la mano de mi abuelo.

Y es que puede que esos sitios sean los que más recuerdos abarcan.
Puede que por eso sentimos que es nuestro e incluso más de todas las personas a las que recordamos estando allí.

A veces nos consumimos, nos alejamos de los demás, queremos estar solos...
Y nuestro sitio siempre está ahí.
Puede que teniendo un lugar, jamás lleguemos a estar solos del todo.
Porque en ese sitio he llegado a imaginar lo que jamás pensé,
he llegado a recordar lo que creía olvidado,
he vuelto a sentir lo que una vez creí muerto.

En ese sitio he descubierto que ya no tengo motivos, pero sí que me quedan ganas.
He descubierto que somos tan ilusos que cualquier cosa la confundimos con amor.

Puede que nos rompan el corazón mil veces más,
puede que haya más tropiezos,
puede que volvamos a ilusionarnos para que al final solo vuelva a quedarnos llorar,
puede que volvamos a sentir que todo se va por el maldito desagüe,
pero jamás será lo suficientemente tarde para nosotros mismos.
Jamás será tarde para demostrarme a mí misma que me quiero.


sábado, 18 de marzo de 2017

Acabo de decidir que esta guerra ya no es la mía.

La gente también se cansa, sabes.
Se cansa de las migajas que le ofrecen.

Y he decidido que ya no te quiero.
¿Qué fácil resulta decirlo, no?
¿Qué tal si mejor lo hago?

Porque sí, me lo merezco.
Qué putada no recibir nunca con la intensidad que siempre damos.
Y estoy cansada.
De ti, de mí, de tus escusas, de las mentiras.
Y he decidido que tú ya nunca.
Jamás.
Se acabó.
Vete con tus excusas a otro lado.
A otra persona.
Y a mí déjame en paz, joder.

Que eres la guerra más bonita jamás librada.
Y tiro la toalla.
No quiero más espadas, ni más balas, ni más heridas.
Acabo de decidir que esta guerra ya no es la mía.

Y creo que he ganado.

Sí, joder.
Acabo de ganar la mejor guerra.
He sobrevivido a ti y ya no vas a arrasarme nunca más.
¡Claro que sí he ganado!
Me he ganado a mí y qué pena que para ello haya tenido que perderte a ti.

Y ahora puede que parezca que haya perdido porque estoy aquí sola bajo la lluvia.
Porque créeme, llueve mucho sin ti.
Pero algún día la lluvia ya no estará, mis ojos dejarán de tener ojeras
y mis sueños volverán a estar preparados.

Que no te confunda mi tristeza. Siento la gloria que sienten los valientes al ganar la guerra,
pero también siento la tristeza por tal barbarie cometida.