A veces,
lo que uno más se merece es algo tan simple
como entrar en la ducha,
dejar el agua caer,
y tú debajo, calándote.
El agua cae sobre ti.
Y te permites a ti mismo llorar.
Así parece que duele menos.
Creo que tiene algo que ver con imaginar las lágrimas
yéndose por el desagüe.
No te ve nadie.
No tienes que hacer como si no pasara nada.
No tienes que fingir que no te duele.
No tienes que demostrarle absolutamente nada a nadie.
Lloras por él, por ti, por ese mensaje que no llegará nunca más.
Toca volver a aprender a vivir la vida sola.
Por ti misma.
Toca aprender a vivir sin esperar un mensaje de buenas noches,
ni mucho menos uno de buenos días.
A veces lo acepto.
Y me digo a mí misma que soy demasiado fuerte por aceptar que se ha acabado.
Pero después, me muestro cobarde,
aceptando que soy demasiado débil para dejarte ir.
Supongo que no se puede ser fuerte todo el tiempo.
Cada instante,
casa segundo,
cada minuto,
cada hora,
cada tarde,
cada día,
cada noche,
cada, cada, cada...
no se puede.
No somos de acero, joder.
A los que parece que no nos duele nada...
también nos duele.
Y quizá más de lo que la mayoría piensa.
"Hice tantas cosas por amor, que olvidé que yo también las merecía".
El agua sigue cayendo encima de ti.
Y al final terminas sonriendo.
Sonríes porque descubres que quien no está,
es porque de cierto modo no quiso.
Y tú no tienes la culpa.
Tú sigues peleando.
Sigues con la batalla de tu vida.
Y al final...
Vences.
Como siempre.
Porque al fin y al cabo,
eres una jodida guerrera,
y cariño, esas, a veces...
también lloran.
domingo, 17 de marzo de 2019
Porque al fin y al cabo, eres una jodida guerrera.
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Ojos verdes. Muchos desastres. Muchas tormentas. Muchas desilusiones. Muchos tropiezos. Y también muchas risas. Cabrona por excelencia. Grado superior en hijoputismo. Me hicieron ser así y no es una puta excusa. Libertad ante todo, la que quisieron quitarme. Vuelo un poco coja, pero eso es culpa de los hijos de puta que me he encontrado en mi vida. Pronto podré abrir las alas y volar por completo porque tú, tú ya no.
"El mejor regalo que te puede hacer un pájaro son sus alas, solo lo hará si no intentas cortárselas. Ahí eres tú quien está decidiendo si volará contigo o volará sin ti".
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