miércoles, 25 de enero de 2017

Sin ti lo soy todo.

No sé que va a pasar.
Ni siquiera sé si yo misma seguiré aquí para averiguarlo.
Quien sabe, quizá ni yo esté para cuando vuelvas.

He llegado a pensar que estaba entera por dentro.
Pero miro en mí y solo encuentro huecos.
Vacíos internos llenos de sentimientos.
Puede que solo esté hablando mi miedo.
O posiblemente de lo único que esté hablando con miedo o no, sea de la absoluta verdad.

Pueden ser tantas cosas de las que hablo que de lo único que estoy segura es de que no dejo de pisarme a mí misma. Desde que te conocí no hago más que ponerme la zancadilla.

Aprender a vivir.
¿Qué difícil, no?

Espérame, vuelvo pronto.
Eso me digo a mí misma cuando me descubro echándome de menos.
Y, ¿sabéis quién tiene la culpa de eso?
YO.
Solo y exclusivamente yo.

Por dejarme robar lo que más he tenido.
Que nadie te quite la libertad,
que nadie te absorba tanto como para hacerte irte de ti misma casi sin darte cuenta.

Que nadie jamás te haga echarte de menos, tampoco te lo hagas a ti mismo.
En cualquier caso, no te faltes.
Mejor sóbrate.

Tú eres quien va a estar siempre.
Puestos a echar de menos... que te echen de menos todos, menos tú.
Y sonríe.
Sonríe tanto como puedas.
Porque te tienes y porque nadie jamás va a volver hacerte sentir tan poco.

Ahora duele, pero eh, tranquilidad, se sobrevive.
Nadie muere por nadie. Así que no me voy a morir de ti.

Mejor muérete tú, pero de pena.
Pena de ver como te has perdido lo mejor que podía pasarte.
Quédate y mírame sonreír.
Y no me afectará tu presencia, ni mucho menos que me estés mirando.
Me dará igual y sonreiré aun más.
Y ahí, justo ahí es cuando sabré que he ganado.

He llegado a la conclusión,
mejor dicho he entendido de una maldita vez...
                                                       ...que sin ti, cariño...
                                                                         ...sin ti lo soy todo.


martes, 24 de enero de 2017

Voy a desentoxicarme, voy a vomitar tus mentiras.

A veces duele tanto que no sirve de nada decirlo en voz alta.
Quizá porque ya no haya nadie que te quiera escuchar.
O simplemente porque decirlo deja de tener sentido.

Voy a desintoxicarme, voy a vomitar hasta las mentiras que ya no recuerdo.

Querido amor: que te jodan, joder.
Que te jodan mucho y te hagan llorar.
Que te destrocen el alma y pisoteen tus sueños.
Que destruyan cada parte de ti.

Y así al fin cuando logres entenderme dejarás de juzgarme.

Que sí, que lo sé.
La culpa no es del amor, la culpa es nuestra.

Putas y malditas personas.
Qué facilidad esa de tener los sentimientos de alguien en las manos y tirarlos al suelo.
Pisotearlos y escupirles.

¿Sabéis?
Que os jodan a vosotros... a todos nosotros.

No podemos ser así de estúpidos.
¿Cuándo se empezó a torcer todo?
¿Cuándo dejó de importarnos los sentimientos?

Querido amor: no quiero que te den, sólo quiero que vuelvas a encontrarme.

jueves, 12 de enero de 2017

¿Mejores amigas?

¿Qué haría yo sin mi loca?
Esa es una pregunta que mejor no contestar, porque ya se tiene que joder, está destinada a estar conmigo siempre, está obligada a reírse conmigo aun cuando seamos unas viejas.
Somos hermanas, y sí, estamos locas, pero si lo estamos es porque nos gusta ser así.
Hacernos reir la una a la otra, porque contigo es imposible estar triste. Estás ahí para todo así que ya no puedo pedir más.
¿Mejores amigas? ¿De esas que no se dejan tiradas y están ahí para todo y más? pues esas somos nosotras.
Hay cosas que solo se nos podrían ocurrir a nosotras y que me da igual todo, todas las tonterías que hacemos, todo lo que nos reimos, todo lo que la podemos llegar a liar en una noche, me da igual entrar a un pub y que se nos queden mirando, me da igual todo porque lo hacemos juntas.
A tomar por culo los que nos miran raro por ser felices y ponernos locas de alegría en cualquier sitio.
Que a mi me da igual donde sea porque si es contigo ya está todo lo bueno asegurado.
Por las grandes cosas de la vida, las que haces con las personas que te quieren.
Hablo de esas personas, las que te regalan sonrisas, momentos increíbles, personas de las que te salvan de muchas, personas reales, personas que están ahí siempre, personas que no cambiarias por ninguna otra, personas que te dan vida, con las que sientes que no estas perdiendo el tiempo, amistades de verdad. Personas como ella.
Es la persona que hará que el día de mañana no me arrepienta de haberme perdido cosas, de no disfrutar y de no vivir al máximo, porque al lado de ella eso es imposible.
Y llegará el día en el que seamos unas viejas y seguiremos juntas, de eso ya no hay duda, porque de eso se trata la vida, de disfrutar y tener a las mejores personas de este mundo al lado, porque si te hacen sonreír, te quieren, están ahí para todo, te crean recuerdos inolvidables, son imprescindibles para tu vida y si ya encima de todo te lo demuestran, pues sí, tenedlo claro... esas son las mejores personas para tener al lado y ella es más que eso.
Que cierto eso de que los amigos de verdad se cuentan con una sola mano y para qué quieres más teniendo a los que tienes de verdad, no la cambiaria por cien más como ella. 
Y si me dieran a elegir un solo momento de todos los que he vivido con ella no podría, pero aún así me quedaría con los momentos que aún no hemos tenido, porque esos sí que son muchos.
Todos los que nos quedan y todas las cosas que aún tenemos que disfrutar.
La familia esta ahí para todo y todo el mundo sabe que los amigos son la familia que uno tiene el placer de escoger.
Así que no tengo nada más que decir.

Está claro que las únicas personas que uno necesita en su vida, son las que demuestran que te necesitan en la suya.

Gracias por ser, estar y existir.

Y la verdad después de tanto tiempo conociéndola, no sé el momento exacto cuando fue que nos hicimos inseparables. Y de todo lo vivido en estos años me quedo con lo que me ha hecho sentir en cada uno de ellos, esas risas, momentazos, desmadres y por nuestros sueños.
Porque se van a cumplir todos.
Ya lo verás.
Tengo la suerte de que las personas más importantes siguen conmigo, y las nuevas que han llegado son increíbles, porque cuando tienes a los mejores te da igual el sitio en el que estar mientras sea con ellos.
Gracias por ser, estar y existir.
A mí, lo que realmente me hace feliz, es ver felices a quienes quiero.
Por eso me tiro todo el santo día tocándoles los cojones hasta que sonríen, por eso de vez en cuando me dices que soy una pesada.
Eres lo mejor. Lo mejor para alguien a quien le gusta disfrutar y reírse.
Que cuando estamos juntas nadie sabe lo que nos puede rondar por la cabeza, lo que podemos tramar y si digo la verdad, a veces, ni nosotras mismas lo sabemos, es lo que tiene estar como cabras, gracias por ser la versión de mí.
Me quedo contigo porque me dices lo que no quiero escuchar.
Lo que a veces la gente no se atreve a decir, lo que hago mal.
Me has enseñado que valiente no es el que no llora, valiente es el que lo hace llorando. Porque aunque estés mal, siempre estás ahí para hacerme reír, y eso solo puede ser bueno. Me gustan las personas que parecen una cosa y luego cuando las conoces resulta que son todavía mejor.
Llevas ya muchos momentos que no voy a poder olvidar, demasiadas locuras que no podrán olvidarse nunca, porque cuando seamos unas viejas, acuérdate de esto, seguiremos siendo igual.
Tuvo que pasar algo muy mal para que tú y yo acabásemos juntas, un mal momento, nos ayudamos desinteresadamente y sinceramente ahora no sé quién ayudó a quién ni quién de las dos tuvo la suerte de conocer a la otra. 
<<Que mala la gente que cuando dice vamos a tomarnos la última y resulta que lo dice de verdad y luego estás tú que por última entiendes dieciséis>>.
Cuando nadie ha estado, cuando nadie más quiso estar...
Todas esas veces ahí has aparecido tú, para hacer mi vida un día a día lleno de locuras.
Haces mi vida más fácil.
No sé por qué no has aparecido antes, pero aún así me basta con toda una vida juntas.
Si ahora mismo me dieran a elegir un solo momento de tantos que hemos tenido, no podría elegir ninguno. Porque me los quedo todos desde el primero hasta el último.
Porque quién iba a ser capaz de decir que esto iba a acabar así... así de bien, así de increíble, así de familiar.
Ahora sé que nada es como se cree al principio, que las cosas cambian y te has convertido en lo mejor, eres la que no me pasa ni una si estoy mal y me pones contenta en menos de lo que canta un gallo, eres la que está ahí y siempre estará.
Eres una de las pocas personas que me conocen al cien por cien y si te digo la verdad, gracias por existir y por estar en mi vida, porque la palabra increíble a ti, se te queda corta.





Con él sé que estoy en casa.

Él, la persona que no sé ni cómo me aguanta.
Soy una pesada, una tocahuevos, la que le hace cosquillas en los pies,
la que se mete con él hasta que consigo desquiciarle.

Qué sí,
que soy una borde,
una pesada,
miles de defectos pero él dice que esas son mis virtudes. 

Le muerdo, le muerdo, le muerdo, se hace el enfadado y cuando no le muerdo lo echa de menos.
Yo soy la mujer loca de su vida, él es con quién pierdo la noción del tiempo y del espacio,

porque con él sé que estoy en casa.
Porque si de siete noches de la semana, seis dormimos juntos,

esa última noche que no lo hacemos ya no dormimos bien, y eso,
eso solo puede ser bueno.
Porque todo cuenta. Pero no todo vale.

No quiero un príncipe azul, no quiero que maten al dragón por mí.
Lo que quiero es que merezca la pena.





martes, 10 de enero de 2017

Por ser ella, por ser yo y por todo lo que llegaremos a ser.

Porque la adoro, porque la quiero y porque puedo.
Porque mi sonrisa va ligada a la suya, porque ella me hace grande.
Porque la tengo y porque es mi mayor virtud.
Por los años, las sonrisas y abrazos,
por los sueños que hemos cumplido,
por los que nos quedan y también haremos realidad.
Por esa mirada, por la amistad, por la familia postiza, por los momentos, por los recuerdos....
Por la gran persona que es, por la falta que me hace.
Por lo que somos juntas, por lo que nos queda.
Por cada momento que hemos pasado,
por cada gramo de felicidad,
por cada día que no hemos estado juntas, por todos los que sí.
Por todo lo incambiable, por todo lo que no vale dinero,
por todo lo que no es material, por todo lo que tanto nos gusta.
POR TANTA VERDAD.
Por ser ella, por ser yo y por todo lo que llegaremos a ser.
¿Alguien sabe del placer que hablo?
Hablo de ese placer que pocos conocen.
Ese placer que supera al amor.
Amor no es solo tener pareja, no es solo amar a alguien.
Amor también es la persona que tenemos al lado incondicionalmente.
Amor también es ella. Amor es amistad.
Por lo que hemos pasado, por lo que estamos viviendo y por lo que nos queda.




domingo, 8 de enero de 2017

Eres simplemente la mejor verdad que he conocido.

Más que una simple amistad y "hermanas" puede sonar a tópico pero hasta eso se nos queda pequeño.
¿Cuántas cosas nuevas nos ha regalado la vida?
Tú, el mejor regalo de mi vida sin duda.

Por todo lo que nos queda, porque te quiero,
porque haces por mil, porque contigo merece la pena.

Hay personas por las que merece la pena todo y tú eres una de ellas.

Gracias por todo este tiempo,
por los años y por todos los demás que nos quedan.

Te quiero y requiero, lo haré siempre....
Por ser la que siempre está. Sin condiciones y sin segundas intenciones.
Tú, mi persona incondicional, incambiable.
Por lograr lo que somos, por ser tanto para mí.

¿No crees que es demasiado bonito? Hablo de eso de sentir que hemos aprovechado el tiempo,
la vida, las ganas, que lo hemos dado todo la una por la otra...
Por los besos, los abrazos, los empujones, los momentos, los grandes recuerdos...
Por todo lo que contigo se resume en inmejorable.

Eres simplemente la mejor verdad que he conocido.
Eres el lugar donde comenzó todo, mi km0, el lugar donde volver siempre.
Que no hay mejor sensación que la de vivir contigo.
No se puede pedir más.

Al tener una persona tan de verdad te da igual el resto, esa persona puede llegar a hacer por mil.
Es de las personas con la que sientes que todos los fracasos pasados dan igual porque ella si está y lo estará siempre. 

Ella es la que nunca huye... la que se quedará conmigo hasta que lleguemos al infierno.

Mi ángel de la muerte, mi espejo roto, mi sal derramada, mi amuleto de la mala suerte.
Eres la entrada más bonita al infierno que he tenido el placer de conocer.
Y que bonito suena, joder.

viernes, 6 de enero de 2017

Somos unos completos capullos.

Somos unos completos capullos. Nosotros y nuestras corazas que nos alejan de todos. Que nos protegen de todo y a la vez de absolutamente nada. Pero de lo que sí nos llegamos a proteger más es de nosotros mismos. Nuestros propios monstruos. Somos la peor cárcel posible. Hablo de nosotros mismos y de nuestros miedos.
Pero aparece tu persona y poco a poco casi sin que te des cuenta destruye cada una de tus corazas. Y para cuando quieres sr consciente, cuando quieres darte cuenta... ya estás demasiado metido de lleno en esa persona como para crear absurdas y nuevas corazas.
Llegados a ese punto es que ni quieres crearlas ni la otra persona se merece que las creas nuevamente.
Y entonces lo sabes, es la persona indicada.
La persona capaz de derribar hasta lo que creías indestructible.
La persona que cuando no puedas volar se arrancará sus alas para que no camines solo.
La persona que admirará tus cicatrices con orgullo. Te enseñará a nos esconderlas y al final las mostrará al mundo con satisfacción.
Quédate con esa persona, la que te hace feliz y no malgastes el tiempo con alguien que solo te satisfaga por un rato. Quédate con ella, esa persona que te hace sentir grande.
Busca a tu persona a la que emigrar. Piérdete en ella. En su olor. En sus costumbres.
Ámala y viaja sin tener que viajar literalmente. Disfruta de sus paisajes.
Habrá un nosotros, seremos lo que queramos ser.
Y jamás nada te parecerá tan bonito como las bonitas constelaciones a base de lunares en su espalda.
Somos unos completos capullos hasta que llega la persona que nos hace sentir de todo menos miedo.
Es ahí cuando dejamos de ser capullos y lo damos todo por lo que sí merece la pena y nos olvidamos por fin de todo lo que no.



jueves, 5 de enero de 2017

Sabes que él no te echa de menos.

Vas caminando por la calle, sonríes, eres feliz, te acomodas el cabello hacia un lado y sonríes más aún. Alzas la mirada del suelo y por mucho que te cuesta no dejas de sonreír.
No piensas darle la satisfacción de hacerlo.
Le das dos besos y la mitad de las cosas de las que te habla no las escuchas, estás tan nerviosa que solo asientes y sonríes.
Se despide y se vuelve a perder por las calles por las que nunca debiste de volver a encontrártelo.
Sigues caminando, en tu rostro ya no está la sonrisa de la que intentabas presumir.
Ya no está porque se ha ido con él.
Porque sabes que hasta el corazón lo haría si pudiese hacerlo por su propio pie,
   -pero por suerte o por desgracia está unido a ti-.
Encuentras un banco cercano, te sientas y contienes las lágrimas.
Finges otra puta sonrisa como si las otras no hubiesen sido suficientes, sonrisas las cuales por cierto, seguro que no se ha creído nadie.
Aprietas con fuerza tus puños, clavas tus uñas en las palmas de tus manos,
pero aun así lloras.
Un par de lágrimas frías recorren tus mejillas y piensas.

¿Me echará de menos? ¿Lo hará tanto como yo lo hago? ¿Le dolerá tanto el imaginarme con otro? ¿Pensará en el hecho de que pueda existir alguien más en mi vida? ¿Pensará en mí?
¿Por qué ha tenido que cruzarse nuevamente en mi camino?
Ojalá todas las chicas en las que hayas intentado olvidarme haya sido un absoluto y rotundo fracaso. Ojalá otras bocas solo te hayan recordado la mía.
¿Qué cara pones cuando hablan de mí? ¿Finges que ya no te duele? ¿Qué ya no soy nada? ¿O peor, ni siquiera te hace falta fingir?
¿Cuánto tiempo has invertido en olvidarme?
¿Qué habría pasado si te hubiera dicho que me duermo, después de tantos meses, esperando tus llamadas? Habría quedado como una imbécil, eso pasaría.

Secas las lágrimas y comienzas nuevamente a caminar. Andas decidida, aparentando ser una supermodelo subida en una pasarela, la gente puede pensar que eres gilipollas pero al menos, al menos duele menos eso que un corazón roto.
Sonríes, la sonrisa te llega de oreja a oreja y estás preciosa, joder.
Estás increíble. Porque de sobra sabes que él no te echa de menos, pero has sido capaz de demostrarle que tú a él tampoco.
       
        Cuando se ha ido te has derrumbado, pero ¿y qué? Él no lo ha visto.

Tiempo atrás te habrías lanzado a sus brazos y te habrías arrastrado por algo que ya está de más.
Algo que ya solo está en ti, en tus recuerdos y en tu corazón.
Pero están saliendo, -solo necesitas un par de meses más-.
Vuelves a sonreír y le guiñas el ojo a la gente mientras caminas y te contoneas.
Así la vida es más fácil y duele menos.
Y luego en casa, en casa llora lo que quieras.
Pero permítete, mejor dicho, permítele al mundo el lujo de conocerte.
En vez de echar de menos, sal ahí fuera, mata a la princesa que llevas dentro y conviértete en el dragón que todos los jodidos príncipes quieren matar.
Quémalos a todos y vuela.
Eres demasiado libre para estar en una jaula tan grande de tristeza.