lunes, 18 de mayo de 2020

Sigue siendo igual.

Siempre he buscado a alguien que se quede a mí lado sin preguntas y que me quiera sin dudas, que dude de todo y todos, menos de mí... alguien que esté seguro de lo que soy y aun así no le quede duda de que lo daré todo por el, pero a mi manera... igual pido mucho, pero siempre he querido a alguien que me quiera por lo que soy, soy puro infierno, lo que sí sé es que no soy esta cara bonita que tengo, soy la chica olvidada a manos de a saber quién, la chica a la que todo le sale mal... la chica que sufre... y para que alguien se enamore de mi necesita saber mi historia y yo tengo que estar dispuesta a contársela, claro. Jamás dejaría que alguien entrase en mi vida a medias tintas, trataría de explicarle que va a sufrir, le explicaría que va a arder y también le diría que habrá días en los que me odiará porque ni yo misma me aguantaré... pero le querré... y si hay alguna persona capaz de soportar esas cosas y mucho más.... pues entonces puede que si podamos crear algo...tampoco quiero pasar mi juventud con alguien que me haga perderla, no quiero estar amarrada a alguien que no va a estar en mi futuro... no quiero perder mi libertad tan pronto... no quiero encerrarme en una persona y perderme todo lo demás.... En un futuro quiero, encontrar a alguien que me deje seguir siendo yo misma, que me deje seguir siendo libre pero que esté a mi lado. No quiero ni necesito ni aguantaría a una persona que intente poco a poco cortarme las alas y me haga perderme lo maravilloso que en realidad puede llegar a ser el mundo. No quiero vivir en una triste jaula... primero tengo que volver a creer en mí y luego ya podré creer en alguien, en el mundo y en el maldito amor... si encuentro a alguien con quien volar pues estaré encantada de ello, pero no voy a hacerle perder a nadie el tiempo intentando curar algo que ya es incurable. El día que vuelva mi yo verdadero... espero que no sea demasiado tarde para encontrar a esa persona si es que existe.
Mi yo del pasado se comería a la mujer que soy ahora.

Extracto de mi libro Nos quiero subido en wattpad, @Mbueno16

jueves, 30 de abril de 2020

Ojalá hubiese sido verdad.

A veces me dan ganas de creérmelo, de creer que sí, que decía la verdad.
Pero hay un momento en tu vida en el que después de todo el daño que has recibido no quieres creer a nadie más.
Y qué triste, pero es así.
Te joden la vida y luego no te quedan ganas de creer a nadie más.
Porque es así, joder.
Hay antecedentes que te hacen dudar.
Hay días en los que incluso tienes pruebas, pero intentas engañarte,
intentas creer que estás haciendo lo correcto.
Pero también piensas eso porque crees que ya es hora de que algo te salga bien.
Y no es justo.
Porque tú quieres, pero sabes que no debes.
Porque él tampoco ha sido claro,
te has ido decepcionando poco a poco.
Y quizá no sea su culpa, sino de los anteriores.
Pero por algo te sientes así, sabes que él tampoco está siendo bueno.
Y eso duele,
decepciona,
consume
e hiere.
Y no te lo mereces, joder.
¿Tanto cuesta quererse de verdad?
¿Tanto cuesta no engañar a nadie?
¿Tanto cuesta decir la verdad y decidir estar con una persona?
Sí que cuesta, sobre todo cuando ya es tarde.
Ojalá hubiese sido verdad, me habría encantado.

Adiós.

Asume tus errores como yo he asumido los míos.
Y no busques excusas absurdas para defenderte de lo malos que hemos sido los dos.

¿Sabes? Ojalá hubiese alguien. Ojalá.
Pero la verdad es que hace mucho tiempo que perdí las ganas de conocer a alguien nuevo.
Por culpa de personas con las que me he encontrado, porque ciertamente no sois tan diferentes.

Las personas se cansan.
Y cuando se cansan ya no hay vuelta atrás.
Porque esa persona ya ha aprendido.
Ya se ha preparado para irse y dejar de discutir.
Ya ha aguantado, soportado y tragado demasiado.

No se trata de que ahora que quieres yo no quiero.
Se trata de que cuando quise nunca quisiste.
Así que tú lo has dicho, por una vez que tu has querido,
no he querido yo por todas las anteriores.
Por tanto aguantar cosas que no me correspondían aguantar a mí.

Por eso, adiós.
Porque ya no soy un juguete al que seguir rompiendo.
Porque ahora te has dado cuenta de que se acabó de verdad.
¿Y eso, asusta no?
A mí antes también me daban susto muchas cosas por tu culpa.
Supongo que todo el mundo aprende a base de palos.
A ti te habrá pasado igual.
Solo que tú te refugias en algo que yo te hice y te olvidas de todo lo que hiciste tú.

Los dos no hemos sido buenos, y no voy a entrar a discutir en quien fue peor o no.
Ya me da igual.

No sé como esperabas que me resignara a tener una vida en la que no podía ser yo misma.
Lo típico.
No hables con tal.
¿Quién te ha hablado?
¿Por qué estás en linea?
¿Eso cuándo ha sido?
¿Por qué no me lo has contado?
¿Por qué no llevas el móvil encima?

Adiós.

Para cuentos, el mío.

Una vez más el cuento de hadas se te atraganta en la garganta.
No era un había una vez, ni un príncipe, ni una princesa esperando a ser rescatada.
No era eso.
Tampoco era un vivieron felices y comieron perdices.
Pero sí que era un cuento.
Un absurdo y bonito cuento que solo me creí yo.

He leído el cuento completo.
La trama era buena, tenía algo que enganchaba.
No todo era bonito, al fin y al cabo en las mejores historias pasa lo mismo.
No puede ser todo perfecto sin más, la historia tiene que engancharte y a mí me enganchó.
Cuando acabas de leer tu libro favorito, tu cuento, tu novela...
cuando acabas a veces sientes tristeza, otras alegría y otras sentimientos encontrados.

Con nuestra historia fue extraño.
Acabé de leerlo, porque siempre me obligo a terminar de leer lo que empiezo,
me cuesta mucho dejar un libro a medias, así que lo acabé.

No fue tristeza, no fue alegría, no fueron sentimientos encontrados.
Simplemente cerré el libro con un portazo imaginario.
Y supe que era hora de recuperar la vida que dejé por alguien que no dejó nada por mi.

El final de esa historia fue orgullo.
Amor propio.
Algo que ya no recordaba y, joder, yo siempre he sido de quererme a mí misma más que a nadie.
Fue decepcionante saber que en ese cuento, en esa historia la que se había perdido era yo misma.

Ahora hay un nuevo cuento, uno totalmente diferente, en la primera página ya salgo espada en mano,
fumando un cigarrillo cuyo fuego me ofrece el dragón más salvaje y libre que he visto en mi vida.
El dragón tiene unos preciosos ojos verdes como los míos, también está harto de tanto cuento y de que siempre lo pongan de malo.

Os adelanto que nos llevamos bien, ambos nos hacemos reír, ya nunca tengo frío gracias a su fuego.
Es tan salvaje y tan libre... que no sé como siempre intentan destruirlo.

Este cuento sin duda acabará bien. El dragón no me corta las alas, en cambio me deja volar con las suyas.

lunes, 3 de febrero de 2020

Por eso decidió ser la mujer que le diera la gana ser.

Era su cuento.
No diré que fuese la chica perfecta.
Pero la verdad,
es que ella no esperaba ser rescatada.
Jamás lo pensó.
Nació con alma de valiente.
De pequeña nunca quiso ser una princesa.
Nunca quiso ser rescatada por un príncipe.
Nunca quiso ver relucir la brillante armadura cuando fuesen a por ella.
Nunca quiso un palacio.
Nunca quiso reinar.
Nunca quiso ser hermosa y delicada.
Simplemente quiso ser como le nacía ser.
Por eso decidió ser la mujer que le diera la gana ser.
Ella no iba a quedarse en una torre esperando.
El dragón la sacaría volando de la torre.
Ella no estaba a la espera de un beso para despertarse.
Habría acabado la siesta y se abría ido a trabajar antes de que vinieran a despertarla con un beso.
Ella no quería ser la mas bella del reino ni de todos los demás.
Antes que comerse la manzana envenenada habría matado a la madrastra.
Ella jamás quiso un zapato de cristal.
Adiós al zapato de cristal, hola al gran baile.
Y así era y es ella.
Valiente, fuerte y decidida.
De esas que jamás consentirá que ningún hombre le diga qué hacer.
Ella es más de ir espada en mano.
Chaleco antibalas y el cargador de la pistola lleno.
Ella es de ir con los puños preparados.
Ella no quiere cuento, no después de tantos falsos príncipes.
Ahora está al acecho de la Bestia.
Ahora es feliz, porque desde pequeña siempre supo lo que era y lo que quería.
Ella no era ni quiso ser una princesa.
Pues ella sabe que ninguna estrella pide permiso para brillar.
Ella quiso ser una soldado, una guerrera, una militar, una vikinga, una luchadora...
quiso ser rebelde, libre.
Quería ser la diferencia.
Ella no necesitaba a ningún hombre.
Ella, esa niña que fue, esa mujer que es... lo consiguió.




Eres una maldita guerrera y vas en busca de tu próxima lucha.

Y de repente te das cuenta de que vas caminando por la calle
y justo estás pasando por su calle, pasas por su portal,
quizá antes abrías buscado su coche aparcado por la zona.
Pero pasa que continúas y no te das cuenta.
Ya no lo buscas.
Has pasado por su calle, por su portal...
pero ya no has mirado hacia su balcón.
Ya no has esperado verle saliendo del portal.
Ya no.
Ya no miras sus redes sociales.
Ya no cotilleas lo que publica o deja de publicar.
Ya te da igual si te lo encuentras el día menos pensado por la calle.
Te da igual si está con otra persona o no. Te es indiferente que así sea.
Siquiera miras su conversación, aunque un día la ves ahí abajo del todo
y puede que ese día decidas borrarla.
Porque ya está.
Ya fue.
Ya no duele.
Ya lo has superado.
Ya no le necesitas. Tú sola has salido de eso.
Y lo has conseguido sin bloquearle y puede que sin odiarle.
Lo has conseguido porque eres una persona fuerte.
Porque has luchado, porque eres valiente, porque a ti nadie te pisa.
Lo has conseguido.
Lo has superado.
Y ahora vas con la cabeza más alta que antes...
porque ya no tienes miedo a que rehaga su vida,
porque ya estás preparada para rehacer la tuya.
Porque eres una maldita guerrera y vas en busca de tu próxima lucha.