jueves, 23 de febrero de 2017

Si esperas a que tenga que ser, era.

"Fuera llueve, dentro también".
Y yo solo quiero que me cales hasta los huesos.
Así fue como nos hicimos tóxicos.
Llueve y como siempre, a mi gusto.

¿Conocéis a esas personas a las que amas y no te lo perdonan nunca?

Supongo que el amor es algo así como que alguien se preocupe por cómo estás,
y que aunque no pueda ayudarte se quede a tu lado.
Haciéndote sentir que jamás estarás sola por más problemas que te abarquen.

Y ese fue el problema. Que a la primera de cambio saliste corriendo.
Y yo te necesitaba, joder.
¡Claro que sí, como nunca y una vez más, tampoco estabas!

(Eres como la metáfora de un mar en el que uno siempre sigue ahogándose y por desgracia nunca se muere).

Prometo sonreír más en los próximos recuerdos.

Qué cierto eso de, "Uno tiene que abandonar aquello que ya le ha abandonado".

Nunca estuviste de más, pero sí siempre de menos.

Supongo que si esperas a que tenga que ser, era.

Ella.

Y una vez más intento explicarle a este dichoso mundo qué es lo que me hace seguir adelante,
lo que me hace respirar.
Cómo explico la verdad,
mi mayor logro, mi mejor sonrisa,
mi mejor persona.
Cómo le hago al mundo saber que ella es mi reina de corazones,
mi mayor guerrera,
mi escudo antibalas, la sonrisa que arregla mi mundo,
la mejor compañía que ha existido y existirá.
La mejor verdad jamás contada y vivida.
Cómo le hago al mundo saber que su simple persona vale por mil otras,
que su simple sonrisa abarca miles de momentos,
que su maldita mirada te hace ver todo lo que te vas a reír de ante mano.
Que es mi mitad, mi mayor fortuna, mi diamante en bruto.
Hemos muerto de vergüenza y en otras tantas muertes nos ha dado risa al sentir que no,
que eso no era nuestra muerte, sólo era una más de todas nuestras tantas vidas.
Y es que al hablar de ella hablo de alegría, de sentir morir y no te mueres, sólo te ríes aún más.
Y es que eres tanta VERDAD que más que merecer la pena, la vives.
Mi mayor musa, la que me hace vivir de alegrías.
Y es que ya no sé cómo agradecerle al mundo que estés,
ya no sé como agradecer el conocerte, el vivirte y el sonreírte.
Y es que contigo todo es posible porque todo merece más la pena.
Con ella cada día, cada momento, cada sonrisa tiene una banda sonara a cual más diferente
y a cual mas infinita.
Mereces tanto la pena que quiero vivirte en cada una de tus posibles y maravillosas versiones.
Mi AS en la manga, la mejor baraja de cartas, el mejor truco de magia jamás enseñado.



miércoles, 8 de febrero de 2017

Lo siento por sonreír al mirarte.

Lo siento por todo, no sabes cuánto.
Lo siento por quererte y que no sea suficiente.
Y es que es cierto, con el amor no basta.
Lo siento por sonreír al mirarte.
Por admirar embobada los lunares de tu espalda.
Por sentir de más. Por querer por los dos.
Por no ser ambos lo que esperábamos.
Por tropezar y ya no saber cómo diablos levantarme.
Por aguantar tus silencios, por tú no querer escuchar los míos.
Por los besos y las despedidas, pero sobre todo por esas veces en las que no me quise ir.
Esas han sido las mejores.
Irse cuando lo único que quieres es quedarte.
Quedarte cuando lo que más mereces contigo misma es irte.
Y qué cierto eso de que nadie va a quererte más que tú.
Pero qué difícil resulta a veces hacerlo.
Supongo que es más fácil querer a los demás, en vez de a ti mismo.
Y qué complicada soy, joder.
Cuando todas las señales apuntan a que corras, a que no te detengas, a que mires por ti.
Y tú como tonta te sigues quedando, sola ante el peligro.
Y ya no sé si soy yo la que se pone triste o lo hace tu mirada cuando veo que ya no sientes nada.
Puede que el fallo esté realmente en uno mismo.
A veces lo único que necesitamos es volver a creer.
Y si es en nosotros mismos, mejor. Mucho mejor.
Te enseñé mis puntos débiles, mis miedos y mis victorias,
te conté lo vivido, lo que quería vivir contigo, te susurré un "quédate siempre",
te grité sonriendo mis sueños, joder, te hice partícipe de cada uno de ellos.
Y tú, tú solo te fuiste y te lo llevaste todo.
Creemos que la solución es recordar sin que duela,
yo creo que la solución es quemarlo todo. Consumirlo todo.
Si vuelves, estaré dispuesta a crear nuevos recuerdos y de no ser así quizá para entonces ya te haya olvidado.
La verdadera solución va a ser esperar que no vuelvas.
Y volver yo.
Pero a mí.
Para eso sí que nunca es tarde.